Sábado. 21.00 horas. Universidad de Chile aterriza en la loza del Aeropuerto Arturo Merino Benítez, luego de conseguir un sufrido empate ante Cobresal. El rostro de los jugadores evidencia cansancio y un dejo de molestia por el resultado. Caminan rápidamente al bus y, uno que otro, se detiene para tomarse fotografías con los hinchas.
Varios metros más atrás, con el gorro invertido, Johnny Herrera camina a paso seguro. El trayecto sólo se ve interrumpido por algunos fanáticos que lo saludan. “Johnny, te amo”, le gritan. El portero esboza una leve sonrisa.
Su carrera y los ocho títulos (seis torneos nacionales, una Copa Sudamericana y una Copa Chile) avalan su condición de rockstar en Universidad de Chile.
En conversación con La Tercera, Herrera repasa su presente en la U, su futuro y su relación con la selección chilena.
¿Cómo evalúa la igualdad ante Cobresal?
Fue una lástima el resultado del partido. A momento sentí que podíamos estar jugando media hora más y no nos saldría el gol. El resultado nos deja amargados, pero en general nos vamos contentos por cómo jugó el equipo.
Carlos Heller señaló que quería que usted continuara en el club cuando se retire del fútbol. ¿Cómo recibe esa proposición?
Cuando uno empieza en el fútbol se proyecta de por vida. Cuando los halagos vienen del presidente del club es algo muy gratificante. Me deja muy contento y te dan ganas de seguir entregándote.
¿Le gustaría asumir labores administrativas como Diego Rivarola, ex ídolo del club?
Ejemplificar en Rivarola es una opción válida, pero yo me veo en otras cosas. Pienso que tengo un campo laboral demasiado amplio. Soy licenciado en Educación Física y apenas tenga tiempo terminaré la carrera. Si bien me veo en una cancha por los próximos cinco años, una de las alternativas posibles es ser preparador de arquero de las inferiores (de la U).
¿Cómo evalúa su desempeño en el título del Torneo de Apertura?
El equipo estuvo a la altura de lo que es Universidad de Chile.
¿Siente que recuperó el nivel que perdió luego de la obtención del Apertura 2012?
Siento que no hice malos torneos. En el segundo semestre de 2012 quedamos eliminados en playoffs ante Unión Española. Éramos un equipo que venía totalmente desgastado y que estaba preocupado de cualquier situación, menos del fútbol.
¿Y la mala campaña del 2013?
Se tomaron una serie de malas decisiones, que casi nos llevan a tocar fondo, pero se corrigieron a tiempo. Todos nos equivocamos, desde los jugadores hasta los dirigentes. Después, a mitad de 2014, el equipo volvió a estar en donde nunca debió haber salido.
¿Le dolió mucho esa crisis?
Sí, mucho. Quizás me involucré más de la cuenta en el club, pero no me arrepiento. Sí opiné, quizás, en situaciones que no me competían. En algunos lados me hicieron ver hasta que era el técnico y sólo quería aportar en lo que pudiese.
¿Cómo recibió la llegada de Martín Lasarte?
Recibí bien la noticia. Hay que pensar que se atrevió a tomar al equipo, cuando otros técnicos importantes del medio nacional no quisieron. Cuando este señor (Martín Lasarte) llega sin una buena experiencia, porque me imagino lo frustrante que debe ser sumar tres segundos lugares con Universidad Católica, pensé que vendría con una espinita y que eso sería su sombra hasta que consiguiera algo en la U.
¿Qué comentarios recibió de Martín Lasarte?
Me dijeron que era una persona muy futbolizada y que le hacía bien al camarín. Mi proyección era que si en Católica salió segundo, acá tenía que ser campeón. Esa es la diferencia entre Universidad de Chile y el resto de los equipos.
¿La Copa Libertadores es su única deuda pendiente?
Es una arista. No soy de vivir de los recuerdos, pero si hubiésemos mantenido el plantel del 2011 ganábamos la Copa Libertadores 2012 sin problemas. Llegamos a semifinales sin Eduardo Vargas, Gustavo Canales y Marcos González, que eran tres pilares fundamentales del equipo. Hoy aprendimos la lección y no se ha ido nadie. Vamos a dar la pelea.
¿Será especial enfrentar a Charles Aránguiz, quien está en el Inter de Porto Alegre?
Habrá que agarrarlo a patadas (ríe). Es un jugador desequilibrante y será un agrado compartir con él. Una persona que le entregó tanto al club merece todo el respeto de nosotros.
Pasando a Colo Colo, ¿Le molestaron las críticas de Julio Barroso?
Más que críticas fueron declaraciones fuera de contexto. Tratar de ensuciar el fútbol de esa forma nunca se me habría ocurrido. Es un tema absolutamente delicado y no me gustaría volverlo a vivir. Cuando te tratan de ladrón es injusto.
¿Por qué cree que Barroso lanzó esas acusaciones?
Habría que preguntarle a él (Julio Barroso). Quizás fue influenciado, quizás fue la voz de un camarín.
En el episodio con Felipe Flores usted lo trató de ‘Chipamogli’ ¿De dónde sacó ese término?
Fue lo primero que se me ocurrió. No lo había pensando antes. Una vez alguien me lo comentó y se me vino a la cabeza y lo dije en el momento. No lo tenía planeado.
¿Qué opina de los los dichos de Gonzalo Fierro y Jaime Valdés, quienes señalan que fueron el mejor equipo del Clausura 2014?
Te voy a responder con una frase que me la dijo mi madre: hasta el más feo se cree lindo. En relación al fútbol esa es una frase que calza perfecto. Hasta el más horrible se cree lindo.
Usted, en diferentes oportunidades, se ha burlado de Colo Colo. ¿Se ha arrepentido alguna vez?
No. No me arrepiento de nada. Hay jugadores de Colo Colo que uno respeta y otros que no. Quizás estoy mal, pero no recuerdo haberme reído de algún jugador de Colo Colo en la cancha. Las declaraciones de hincha me salen después.
¿Y cuando trató al Estadio Monumental de vertedero?
Lo de vertedero fue porque me tocó salir del estadio con 50 hinchas que casi me agreden. ¿Qué pasaba si yo reaccionaba? Quedaba la grande. Cada vez que voy para allá me llenan de monedas, de clavos. Quizás son frases que uno las dice por lo que ha vivido.
¿El hincha de Colo Colo lo molesta en la calle?
No. Soy de salir harto con mis amigos. Me gusta salir a bailar y pasarlo bien, ya que es la única forma de desconectarme del compromiso extremo que tengo con la U. Es raro que me digan algo. Si me gritan algo es cuando pasan en auto o de una distancia de 50 metros.
Honestamente, ¿se considera un jugador conflictivo?
Cero conflictivo. Soy consecuente con lo que digo y rara vez me guardo algo. No podría vivir tranquilo si no digo lo que pienso.
En algún momento señaló que la U era su Selección, ¿siente que se reconcilió con la Roja, luego de estar alejado mucho tiempo?
Todavía lo pienso (que la U es su Selección). Siento que no, que es una de mis tareas pendientes. Pero más allá de la Selección hacia mí, siento que es de mí hacia la Selección. Mi compromiso con Universidad de Chile es distinto al que tengo con la Selección. Quizás eso en algún minuto va a cambiar cuando me toque jugar un partido definitorio. Hoy me siento mucho más comprometido con la U que con la Selección.
¿Por qué se siente mucho más comprometido con la U?
La U es mi casa. Entré a los 13 años e ir a la Selección es como que te lleven a otra casa. Son empatías distintas con la gente. En mi club tengo los parámetros muy altos.
¿Cómo fue su vuelta a la Selección?
Bien, me recibieron muy bien.
¿Conversó temas pendientes con jugadores con los que se enfrentó en algún momento?
No. Sólo fui y tuve que acatar las instrucciones del cuerpo técnico para aportar desde mi lado. Nunca tuve un roce o algo parecido con algún jugador. Siempre buena onda y con la idea de remar todos para el mismo lado.
¿Está de acuerdo con que Mauro Zárate llegue a la Selección?
El que aporte, que venga, pero hay otros puntos que analizar. A los dirigentes y al cuerpo técnico de la U siempre trato de inculcarles que ojalá que todos los jugadores y funcionarios tengan el sentido de pertenencia de querer estar y que sientan al club.
¿Le gustaría que todos los funcionarios del club sean de la U?
Sí. Me encantaría. No comparto que venga un ex Colo Colo a compartir camarín conmigo, porque toda la vida jugando en contra, yo defendiendo con todo a mi club, y que de un día para otro compartamos camarín es casi estar durmiendo con el enemigo. En el caso de Zárate, quizás pasa por el tema de la rivalidad con Argentina.
Para cerrar la entrevista es necesario aclarar un mito. ¿Es cierto que cuando niño era hincha de Universidad Católica?
Es mentira. Sí reconozco que en algún momento apoyé a Católica. Más que (hincha) de la U ahora, todavía soy anticolocolino. Cuando la U estuvo en Segunda División (1989) yo apoyaba al rival de Colo Colo que era Universidad Católica. Sí hinché por la UC, pero llegar a ser hincha es otra cosa.
¿Cómo es compartir con Claudio Bravo?
Habíamos compartido antes en la Selección Sub 23. Es un colega más, más allá de dónde está jugando. Obviamente que se valora (que esté en Barcelona). Está un peldaño sobre todos nosotros, los que estamos en el medio local. Es una persona del que se pueden sacar cosas muy buenas.
¿Le gustaría tener una revancha en el extranjero?
No sé. Siempre he dicho que prefiero ser feliz. Pobre pero feliz. No me gusta estar lejos de la familia, de los amigos, de la gente que uno quiere. Tendría que ser una oferta muy atractiva, muy interesante para que realmente me convenciera.
¿Cómo fue su experiencia en Corinthians?
Fue una experiencia mala. Viví todo lo feo del fútbol. El dirigente hacia el equipo, el dueño compraba los jugadores, el dueño dictaminaba quién jugaba y quién no. Fue una desilución muy grande, pero hoy disfruto mucho lo que hago y me siento muy feliz en la U.
¿Cómo evalúa el arbitraje chileno?
Es bueno. A veces me cuestiono mucho porque me siento perjudicado, pero lo encuentro bueno. Quizás no tuvo un paso muy glorioso después de Rubén Selman, Carlos Chandía y Enrique Osses, pero siento que viene una buena camada de árbitros. A veces tienen buenos días otros no tan buenos, pero son personas y se equivocan como todos.